Camino hacia... ¿Qué?
Cuando era pequeña siempre seguía a mi padre. Callaba, escuchaba y observaba. Nunca me preocupaba por nada cuando estaba a su lado, siempre tenía la solución. Esa tranquilidad que me trasmitía con solo la postura que adoptaba su cuerpo. Aún recuerdo aparecer por la puerta y verlo frente al ordenador, recto, escribiendo, con el reflejo de la pantalla en sus gafas, él tecleaba a toda velocidad pero calmado, me saludaba y yo iba a darle un beso. Mi madre era más nerviosa, pero aún así también me trasmitía calma, aunque iba a lo loco sabía a donde iba, o por lo menos era eso lo que me hacía ver. Era un huracán que nunca paraba y revolucionaba a cualquier persona que se ponía a su paso. Yo en cambio, tenía miedo, miedo de crecer y alcanzar aquello que llaman ser adulta. No sabía cómo hacerlo y nadie me enseñaba a serlo, nunca tuve una asignatura que se llamase C ómo ser adulta , o De niña a adulta o algo parecido. Cada vez que cumplía años, más miedo sentía, ¿cómo iba a poder h...