Espera y desespera.
La busqué entre la multitud un día tras otro, yo sabía que se había ido, sabía que nunca volvería, pero me acostumbré a esa búsqueda sin sentido. Me sentaba en un banco y observaba. A veces creía ver esa melena cobriza ondear entre toda esa gente, pero nunca era ella. Me sentaba durante horas y me imaginaba que todo seguía igual que antes y simplemente estaba esperando porque había quedado con ella, y cuando el sol se ocultaba entre los edificios volvía a mi realidad, no iba a aparecer, todo había acabado. Pero cabezota de mi, seguía volviendo cada día, no quería afrontar nada. Un día la vi, iba con un vestido oscuro de flores y unas gafas casi más grandes que su dulce cara. Ahí estaba tan radiante como el primer día, sentí como me volvía a enamorar. Una sonrisa recorría todo mi rostro, era la primera vez que sonría en mucho tiempo, y sentaba realmente bien. Me levanté decidida a decirle lo que no le dije en su momento. Y entonces cuando llegó la hora de la verdad, seguí a...