27 de diciembre.
Hoy, salí a la calle dispuesta a comerme el mundo.
Hoy, 18 años atrás, naciste.
Hoy, te agradezco que me hayas enseñado cómo hay que vivir.
Puede que hoy sea un día normal de invierno, pero no, no es normal y no solo porque el tiempo es demasiado bueno para estas fechas.
Hoy, he salido a la calle con un objetivo. Y te preguntarás cuál es ese objetivo. Ah, querida amiga, es una pena no poder verte hoy, pero eso no me impide que este día lo dedique a acordarme un poco más de ti.
Hoy he dejado huella en el lugar más sagrado para mi. La he dejado con tu nombre, porque, querida, tu has marcado mi vida de una manera en la que las palabras se me escapan de las manos.
Hoy, he tomado aire y he mirado a mi alrededor y me he dado cuenta la falta que me haces y que a estas alturas de la vida no sabría qué pasaría si tu no estuvieras.
Hoy, quiero celebrar el haber podido conocerte y quién no haya querido que sepa que ha perdido poder pasar los mejores momentos de su vida.
Hoy, quiero reírme y que tú te rías de mi o conmigo, lo mismo da, la cuestión es reírse.
Hoy, quiero abrazarte y no soltarte.
Hoy, sigo aquí para ti.
Hoy.
Feliz cumpleaños, Elv.
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