Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2016

Los comienzos nunca fueron buenos.

Perdí la batalla hace mucho, pero me negué a aceptarlo, no quería, no quería ser esa chica. Imaginé lo imposible. Helena deja todo lo que sientes a un lado porque no sabes qué sientes, no lo sabes, a estas alturas confundes tus sentimientos, no sabes cómo te tomas las cosas, lloras por alguien que no existe, amas a alguien que se fue. Deja de buscar un modo de ser feliz, de tener a alguien. Deja de buscar un modo para volver a ser la que eras. No eres la que eras hace un año, dejaste de serlo, lo dejaste. Te rompieron el corazón por todos los lados. Te abandonaron. Te abandonaste. Amas el abandono, la inexistencia, lo irreal. Deja de amar lo imposible. Te hicieron daño, Helena. Te hicieron muchísimo daño. Tú misma te hiciste tanto daño como ellos a ti. Ahora has cambiado, tú lo sabes, lo sabes de sobra, así que empieza a ser esa desconocida. Sé fría porque te hicieron daño, sé la persona que te hicieron. Ya pasarán más cosas para que vuelvas a cambiar. Pero ahora ace

La bomba del tiempo.

Te sientes como una bomba, una bomba a punto de explotar. El tiempo corre, cada vez queda menos, y menos y menos. Menos. No sabes cómo desactivarte, no sabes qué hacer, esas paralizado, no sabes cómo enfrentarte a ti mismo, cómo llevar todos esos sentimientos, te auto-engañas más de lo que estas dispuesto a admitir. No puedes más. No puedes con tanto sentimiento. No puedes con la emoción, no puedes con el miedo, ni con la alegría, ni la tristeza, ni el enfado. No puedes más. No puedes sentir más. Es hora de hacer algo que nunca fuiste capaz de hacer por miedo a perderte como persona. Es hora de cerrarte, de curarte, de detener la bomba. Es hora de no sentir. De no odiar. De no amar. Es hora de hacer las cosas porque tu cabeza lo diga. Es hora de parar tú corazón, de dejarle descansar, reposar y curarse. Es hora de dejar de ser quién eres. Es hora de ser. Ser alguien cualquiera. Dejar el arte. Dejar el amor. Dejar tus sentimientos. De cerrar la puerta co

Persigo pesadillas.

Ayer soñé contigo y todavía no he querido olvidar ese sueño, porque soñé que estabas ahí, que no te habías ido, que decidías quedarte a pesar a todo.  Debería ser un buen sueño porque tu estabas, porque todos me abandonaban, todos menos tú. Te agachabas a ayudarme cuando nadie se daba cuenta de que había caído. Y desperté. Sudorosa y en medio de un grito ahogado. Debería ser un buen sueño pero no lo fue. Porque por mucho que sueñe y por mucho que quiera, me abandonaste al igual que todos. Si a veces soy tan fría sin motivo alguno es porque he tomado conciencia de que todo el mundo me abandona y al final solo estoy yo. Yo odiándome a mi misma por vuestras miradas hacia otro lado. Si soy tan fría es porque tengo miedo a que vuelva a pasar y me vuelvan a abandonar. Miedo a la abandono. A la derrota de tantas batallas. Al final. Y si repito continuamente que lo he superado es porque simplemente no lo he superado y estoy intentando auto-convencerme, porque si no lo hago no serí

Planes para la batalla.

Llega un momento en tu vida en el que da igual que esté pasando algo bueno o malo. Da igual porque te has acostumbrado, vuelves a tener seguridad. No importa lo que esté pasando porque tú sabes qué va a pasar, tienes un plan. Y ya no solo tienes un plan, sabes que pueden pasar dos cosas y estas preparada para las dos, no solo tienes un plan tienes un plan A y un plan B. Es tu vida, puede ir mejor o peor, pero va y eso es lo único que te importa. Va y tú sigues adelante con tus dos planes. Llega un momento en tu vida en el que ocurre algo diferente. Por insignificante que sea, pasa y tú no lo tenías planeado. No entraba ni en el plan A y en el plan B. Pensabas que eso era imposible de pasar, pero una vez más te equivocas. Te descompone, te destroza por dentro, y tienes que recurrir al plan C. Pero ese plan no estaba previsto, ese plan consiste en caer, en volver a caer. Todo por lo que habías luchado, todo por lo que habías conseguido se desvanece como si nunca hubiera existido. Es