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Pregúntame.

Se encontraba sentado en una paciente penumbra mientras aguardaba que aquella palida luz asomase a través de su ventana. En el momneto que esto pasó aparentemente nada cambió, tan solo un recuerdo olvidado asomó entre sus pensamientos. Una danza armónica y hermosa era lo que era. Un recuerdo tan frágil que costaba retenerlo. Todo cesó con su aullido de lamento que proclamaba venganza.

Escondite.

Sal de ahí amor, sal de la maleza. No te escondas ante mi porque te veo como nunca nadie te vió y te amo como nunca nadie te amó. Pero puedes huir y no te detrendé aunque sepa donde estás. Porque al final como más te quiero es libre.

Me gustan las montañas rusas.

Me gustan los besos, el poder conectarte con una persona. Robaros mutuamente el aire. Estar tan cerca que solo apreciáis los detalles a una velocidad de suspiros y acaricias. Me gustan todo tipo de besos, pero los que más me gustan son esos que al principio vais con miedo. Hay un silencio, un silencio de espera, os observáis y os vais acercando lentamente hasta estar a menos de medio centímetro uno del otro. Y ahí os quedáis, observando, esperando. Esos instantes pueden durar minutos pero son los más importantes porque es la calma antes de la batalla. Y justo un segundo después vuestros labios se chocan, al principio con cuidado como si comprobárais que no quema y una vez el miedo se ha ido, empieza la batalla. Un beso apasionado de estos que cortan la respiración. Justo en mitad de ese beso tras beso apasionado os dais cuenta que es lo más delicioso que habéis probado nunca y queréis más y más... Y de repente, tal cual ha venido se va, os paráis y os separáis. Sonreír es la últ

Autobuses vacíos.

Hoy me he acordado de ti. Miento. Siempre pienso en ti. Hoy me he acordado cuando me olvidaste. Cierto. No me acuerdo de qué hice ese día, tan solo recuerdo que me subí a un autobús y nunca bajé. Nunca bajé porque me olvidaste. Ahora subo diariamente en autobuses, pero en la bajada ahora sé que nunca aparecerás. Ya no te acuerdas de mi. Ya nadie se acuerda. Tan solo yo con lágrimas en los ojos.

Sensaciones.

Esos días andaba con una extraña sensación. Todo parecía una advertencia ante el peligro. Yo misma me sentía rara. Sabía que algo o alguien intentaba captar mi atención. Pero yo al principio no quería darle importancia, eran todo simples casualidades. Tenían que serlo porque la otra explicación es que me estaba volviendo loca. Uno de esos días me fui al parque a escribir. Rodeada de árboles en un banco me senté. No había nadie. Ese día por alguna razón nadie paseaba. Y allí, sentaba en mi soledad escribía tranquilamente. Pero por mucha paz que quería aparentar tener sentía algo en mi interior. Algo que me aterraba. Sentada en aquel lugar solitario me parecía que alguien me observaba, pero cuando alzaba la vista solo los árboles estaban allí. ¿Qué era?  ¿ Qué era? Todo cuanto veía, sentía u oía daba la impresión de que querían darme un mensaje. Un mensaje que no alcanzaba comprender. Un mensaje aparentemente muy importante. La peor sensación que a veces tenía era que algo sumame

Me gustaría.

Me gustaría poder flotar en la noche, porque así podría disfrutar de esta sin todos los peligros que encierran en la inmensa oscuridad. Me gustaría poder tocar la luna y las estrellas para poder columpiarme en ellas como única cosa que hacer. Me gustaría ser libre por una vez sin tener obligaciones o responsabilidades. Me gustaría simplemente flotar alejada de todo y de todos. Me gustaría ser tantas cosas que simplemente piso este suelo lentamente sin flotar ni columpiarme, sin ser libre. Me encuentro en una jaula que cada día se hace más y más pequeña, y tan pocas son mis fuerzas que ni me molesto en comprobar si la puerta a esa libertad que tanto ansío está cerrada con llave. Así que, no sé si alguien me está quitando la libertad o soy yo la culpable de mi asfixia. 

Juguemos a perdernos.

Aquella extraña mujer con sus extraños juegos un día se enamoró. Ella no supo en el momento qué pasó y ahora lo intenta recordar. Todo empezó con un juego, un juego de miradas. Este juego, como todos los juegos a los que jugaba, solo ella sabía las reglas y solo ella sabía que estaban jugando. A ella siempre le parecía divertido dedicar diferentes miradas y esperar las diferentes respuestas. Y ese día, tan normal como cualquier otro, hubo una mirada que al tener tal intensidad ni siquiera entró en el juego, aunque nadie pareció darse cuenta. El segundo día del enamoramiento fue cuando ella propuso a la otra persona jugar a su juego favorito. "Juegos a perdernos" dijo ella. Solo con esas palabras él enseguida aceptó. Y así, cogidos de la mano empezaron un juego que duraría por mucho tiempo...    La primera fase del juego consistió en que ellos, tan juntos el uno del otro, desaparecían ante el mundo. La de historias que pasaron en aquellos lugares secretos que nadi

Otoño.

Aquella mujer. Aquella danza. Sol. Playa. Ese vestido blanco tan trasparente. Siempre brillando. Y ahora. Negro. Lluvia. Y tú. Tú sigues danzando, con otro vestido, con otra sonrisa, con otra alegría, siempre brillando hasta en los días más oscuros.

Sesación extraña.

Llegué a mi casa con una sensación extraña en mi cuerpo. Sentía una paz increíble y a pesar de ser altas horas de la noche estaba increíblemente cansada, sabía que esa noche me haría falta más que una canción para conciliar el sueño. Y así fue, no podía dormir por culpa de esa extraña sensación y ni las baladas románticas escritas cientos de años atrás podían echarla. Le di fin al sonido y subí la persiana con la idea de al menos poder ver el amanecer. En ese preciso instante en el que le di paso a esa luz pálida fue cuando me di cuenta de lo que se trataba esa extraña sensación. La vi bailando entre las nubes, jugando a algún extraño juego que me encantaba observar. Y a pesar de no estar en su plena perfección seguía siendo perfecta, y lentamente con el dulce sonido de las hojas fui cayendo en un profundo sueño del que deseaba no despertar jamás .
No quiero mirarte. No quiero tocarte. No quiero olerte. Pero te quiero, te quiero ver volar y brillar, quiero sentirte en la suave brisa desde mi ventana. Y así, lejos pero cerca, amarte un poco más.

Hay un día...

Hay un día en tu vida que es especial. Un solo día que se diferencia del resto.  Ese día te levantas y haces lo que todos aquellos días atrás; preparas tus cosas, vas a la baño le das el play y te metes en la ducha. Ese día aparentemente normal sientes algo diferente. Tal vez sigas haciendo planes y pensando en tu vida. Piensas en tu familia y amigos... Y mientras suena una canción la cual no recuerdas su nombre el agua de la ducha cae sobre tu cuerpo. Disfrutas de esa ducha como cualquier otra, porque te gusta que el agua se mueva por tu cuerpo.  Es un día normal como cualquier otro, pero extrañamente es diferente a todos los que has vivido. Sales de la ducha y te miras al espejo. Observas tu cuerpo desnudo y piensas que esa noche saldrías a correr. Te vistes y abandonas el cuarto de baño dejando atrás todas aquellas reflexiones silenciosas. Con tu café en mano sales por la puerta a hacer las mismas cosas de todos los días.  Ese día, este día, haces lo mismo que cu

Cuentos para soñar #10

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No hay historia más mágica que la que he podido vivir contigo. -H.

Cuentos para soñar #9

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Después del atardecer La noche cae. El sol duerme. La luna se despierta. Las farolas intentan iluminar la ciudad. Los obreros acuden a casa a descansar. Los borrachos al bar. Los ricos cuentan su dinero en sus mansiones calientes. El viento juega con el frío. Pisadas. Pisadas por los tejados. Más pisadas. Silencio. Pisadas. Silencio. El gato maúlla buscando a su amada. El perro aúlla a la Luna en una súplica imposible. El bebé llora en la noche. Los tacones caminan despreocupados. Tejados. Un giro de vestido. Pisadas. Un perfume. Silencio. Un robo. Joyas. Dinero. Pan. Un grito. Tejados. Pisadas. Silencio. Un borracho fuera del bar. Canción. Vómito. Desmayo. Ratas en las alcantarillas. Pisadas. El bebé vuelve a llorar. Un tacón perdido. Tejados. Los ricos duermen. Amanece. Cesa la oscuridad. Los pájaros cantan. El perro ladra. Los obreros vuelven al trabajo. Coches. Sirenas. Un muerto. Un robo. No hay silencio. Nadie canta. Na

Cuentos para soñar #8

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Perdidos en algún punto de la historia Hace mucho tiempo, este mismo suelo que pisas ahora era totalmente diferente. En esa época era raro ver una construcción de piedra o ladrillo y no hablemos de un edificio de más de cinco plantas, era raro e impensable. Este suelo sin vida que te atreves a pisar ahora en esa época era todo bosque, un bosque frondoso donde la madre naturaleza era dueña y señora de todo. Toda la belleza de antes rara vez se puede apreciar aunque sea una mínima parte. Todo cambió con la llegada de los humanos, de los repugnantes humanos. Fue como una ola de muerte, un manto de oscuridad borró toda vida que se encontraba a su paso. Pero al igual de la poca alma que tienen los humanos (si se puede considerar que tienen, lo dudo) nosotros, nuestro pueblo, somos una panda de cobardes que lo único que hicieron ante tal matanza fue huir con el rabo entre las piernas. Me parece comprensible que nuestra raza este al borde de la extinción, debimos de hacer algo en

Cuentos para soñar #7

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Las puertas se cierran y la vida se abre paso ¿Alguna vez te has preguntado qué pasa cuando cierran un sitio? Verás te voy a contar lo que pasa cuando cierra la Biblioteca. Tal vez esto pase en todas las bibliotecas o tal vez no. No me he parado a comprobarlo pero sí sé lo que pasa en esta. Llega la hora de cerrar y tanto los trabajadores como los visitantes empiezan a recoger, unos más deseosos que otros de llegar a casa. Todo el mundo empieza a abandonar este lugar tranquilamente, totalmente despreocupados de lo que pasará a continuación, y lamentablemente nunca sabrán qué pasa. Cuando la última luz se apaga y solo queda el sonido del silencio, empieza la magia, comienza lo mejor del día, o más bien, lo mejor de la noche. Ellos despiertan. ¿Quiénes despiertan si acabas de decir que no queda nadie? Preguntarás. Está claro, ¿no? Los libros cobran vida. No todos lo hacen, pero una pequeña parte de la Biblioteca despierta. Lo peculiar de esta situación es que se comportan

Cuentos para soñar #6

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Puertas grandes para grandes amores Una vez conocí a un hombre y me contó la historia que me dispongo a contar. Deberías habérsela escuchado a él, tal y como la contaba te hacía sentir una mínima parte de lo que él sintió, espero poder expresarte aunque sea un poco de todos esos sentimientos. Me acuerdo perfectamente cuando lo vi entrar por la puerta, ¿por qué me acuerdo de solo un hombre de los mil que frecuentan la taberna? Porque no era un hombre cualquiera, era un gigante y pocos se ven todo los días y menos la escena cómica al intentar pasar por una diminuta puerta con el objetivo de buscar algo de consuelo en la bebida. Un whisky solo sin hielo es lo que hace le hace a un gigante romper en lágrimas y relatar su historia… "Está muerta, ¿sabe? Está muerta y yo vivo, ¿sabe lo que es eso? ¿Debería volver con mi gente? Sinceramente no lo sé, ahora soy un desconocido hasta para mis propios ojos." Otro trago. Opté por dejar varias botellas a mano, nunca

Cuentos para soñar #5

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A las tinieblas Había una vez una casa abandonada donde vivía una bruja malvada… O eso dicen las malas lenguas. ¿Quieres saber lo que cuentan acerca de ese lugar y de esa bruja o la historia real? Bueno yo creo que ya has oído lo que dicen por ahí y lo que se inventan para asustar a los niños e incluso lo que ella misma inventó. Pues bien, ya que no eres una niña y yo no estoy para contar las mentiras de otros, te contaré la verdad. Esa casa abandonada que ves ahora no ha sido siempre así. Hubo un tiempo que deslumbraba con vida propia. Era la casa que más visitas tenía de toda la ciudad. Una mujer joven y bella curaba todo tipo de dolencias, incluso los problemas de ahí abajo. Todo el mundo acudía a Dorotea, era una mujer respetada por todos, sensata y muy sabia. Un día de madrugada llamaron a su puerta y al abrir encontró a un bebé. Ella lo cuidó como si fuera suyo mientras intentaba buscar a sus padres. Nunca aparecieron y pronto ese bebé fue considerado suyo bajo el nomb

Cuentos para soñar #4

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Olores de arcoíris La historia que me dispongo a relatar no es acerca de una persona ni de ningún ser viviente, bueno para muchos sí tiene vida así que si alguna vez la encuentras cuidado con tus palabras, puedes hacerle enfurecer y créeme, eso nunca es bueno. Te diré quien es el personaje, por así decirlo, principal de dicha historia: El Callejón. Sé lo que estás pensando, la de veces que has pasado por callejones sin ser nada del otro mundo. Pues bien, lo particular de este callejón es que solo te percatarás de él si él quiere que entres, por el contrario nunca sabrás de su existencia. Sí, sí, tranquila, vamos poco a poco, organiza tus preguntas, yo iré solucionándolas poco a poco.  Oh, buena pregunta, me gusta tu actitud. Pues bien, lo que uno tiene que tener para entrar en El Callejón es algo tan simple que resulta complicado tenerlo: fe en la magia. Te veo extrañada, querida. Venga te dejaré que me hagas otra pregunta, pero cuidado, si me haces una aburrida yo

Cuentos para soñar #3

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Mil y una vez La historia que me dispongo a relatar puede que haga dar la sensación de que padezco algún tipo de locura. Yo, tan solo, puedo decir que por muy increíble que parezca es totalmente verdad, que usted me crea es decisión suya. Le pongo en situación: Un día lluvioso de finales de invierno, la misma rutina, trabajo, descanso, trabajo, casa y vuelta empezar. Dios me libre del lenguaje que me dispongo a emplear pero no hallo una mejor forma: la misma puta rutina de siempre. Nada más levantarme me cansé por lo aburrido que me iba deparar el día pero para colmo parecía que mientras descansaba se había formado la tercera guerra mundial. No, no había disturbios, no, ningún accidente, simplemente el cielo se había enfurecido de tal forma que era imposible ver a dos palmos de ti, una lluvia torrencial como pocas había. Aquí la cosa no mejora, no, tonto de mí me había dejado el paraguas en el trabajo, aunque ahora dudo mucho que me hubiera servido de algo el dichoso para

Cuentos para soñar #2

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Islas gemelas Hace mucho tiempo, en un lugar muy lejano habitaba un mundo completamente diferente al nuestro. Ese mundo se comprendía de dos grandes islas rodeadas de un gran océano. La peculiaridad de este mundo era que para acceder a la otra isla no solo había que tomar un barco, había que tener permiso para utilizar el gran portal que te llevaba a las otras aguas. Hubo un tiempo en el que podía pasar por él sin preocupaciones y los habitantes de cada isla lo cruzaban continuamente. Pero el camino dejó de ser seguro, el portal se corrompía poco a poco y las aguas pocas veces las surcaban hombres de buena fe. El rey de una de las islas decidió cerrar sus puertas en un intento de proteger su pueblo, y a raíz de eso estalló una guerra. La Guerra. De todas las guerras que se hayan podido ver esa fue la más cruel y sanguinaria de todas. Llegó hasta tal punto que no había bandos, era un todos contra todos y a ese paso ningún ser viviente sobreviviría ante tal catástrofe. Cue

Cuentos para soñar #1

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Una de las cosas que más me apasiona es escribir historias y este mes voy a lanzar un proyecto que llevo preparando desde navidades, tras mucho pensar, mucho qué hacer y mucho, mucho que posponer ya está todo en marcha. Cada lunes, miércoles y viernes durante cuatro semanas, voy a publicar una serie de cuentos que he escrito con mucho amor. Lo especial de estas historias ya no es el simple hecho de que les he puesto fecha de publicación, es que son los sueños que he tenido en esta ciudad, unos muy antiguos y otros recientes... ... Me marcho. Esa es la razón por lo que voy a publicar estos cuentos, si ya suelo publicar cosas muy personales esto es... Esto es mi alma, el interior de mi cabeza. Soy yo soñando cosas imposibles. Y la verdad es que no me atreví a escribir estos cuentos hasta este año, y todo fue gracias a una persona. Un persona hizo que plasmase mis historias y ahora simplemente las dejo libres. Muchos de mis amigos han leído las historias que voy a publicar a lo l

Los comienzos nunca fueron buenos.

Perdí la batalla hace mucho, pero me negué a aceptarlo, no quería, no quería ser esa chica. Imaginé lo imposible. Helena deja todo lo que sientes a un lado porque no sabes qué sientes, no lo sabes, a estas alturas confundes tus sentimientos, no sabes cómo te tomas las cosas, lloras por alguien que no existe, amas a alguien que se fue. Deja de buscar un modo de ser feliz, de tener a alguien. Deja de buscar un modo para volver a ser la que eras. No eres la que eras hace un año, dejaste de serlo, lo dejaste. Te rompieron el corazón por todos los lados. Te abandonaron. Te abandonaste. Amas el abandono, la inexistencia, lo irreal. Deja de amar lo imposible. Te hicieron daño, Helena. Te hicieron muchísimo daño. Tú misma te hiciste tanto daño como ellos a ti. Ahora has cambiado, tú lo sabes, lo sabes de sobra, así que empieza a ser esa desconocida. Sé fría porque te hicieron daño, sé la persona que te hicieron. Ya pasarán más cosas para que vuelvas a cambiar. Pero ahora ace

La bomba del tiempo.

Te sientes como una bomba, una bomba a punto de explotar. El tiempo corre, cada vez queda menos, y menos y menos. Menos. No sabes cómo desactivarte, no sabes qué hacer, esas paralizado, no sabes cómo enfrentarte a ti mismo, cómo llevar todos esos sentimientos, te auto-engañas más de lo que estas dispuesto a admitir. No puedes más. No puedes con tanto sentimiento. No puedes con la emoción, no puedes con el miedo, ni con la alegría, ni la tristeza, ni el enfado. No puedes más. No puedes sentir más. Es hora de hacer algo que nunca fuiste capaz de hacer por miedo a perderte como persona. Es hora de cerrarte, de curarte, de detener la bomba. Es hora de no sentir. De no odiar. De no amar. Es hora de hacer las cosas porque tu cabeza lo diga. Es hora de parar tú corazón, de dejarle descansar, reposar y curarse. Es hora de dejar de ser quién eres. Es hora de ser. Ser alguien cualquiera. Dejar el arte. Dejar el amor. Dejar tus sentimientos. De cerrar la puerta co

Persigo pesadillas.

Ayer soñé contigo y todavía no he querido olvidar ese sueño, porque soñé que estabas ahí, que no te habías ido, que decidías quedarte a pesar a todo.  Debería ser un buen sueño porque tu estabas, porque todos me abandonaban, todos menos tú. Te agachabas a ayudarme cuando nadie se daba cuenta de que había caído. Y desperté. Sudorosa y en medio de un grito ahogado. Debería ser un buen sueño pero no lo fue. Porque por mucho que sueñe y por mucho que quiera, me abandonaste al igual que todos. Si a veces soy tan fría sin motivo alguno es porque he tomado conciencia de que todo el mundo me abandona y al final solo estoy yo. Yo odiándome a mi misma por vuestras miradas hacia otro lado. Si soy tan fría es porque tengo miedo a que vuelva a pasar y me vuelvan a abandonar. Miedo a la abandono. A la derrota de tantas batallas. Al final. Y si repito continuamente que lo he superado es porque simplemente no lo he superado y estoy intentando auto-convencerme, porque si no lo hago no serí

Planes para la batalla.

Llega un momento en tu vida en el que da igual que esté pasando algo bueno o malo. Da igual porque te has acostumbrado, vuelves a tener seguridad. No importa lo que esté pasando porque tú sabes qué va a pasar, tienes un plan. Y ya no solo tienes un plan, sabes que pueden pasar dos cosas y estas preparada para las dos, no solo tienes un plan tienes un plan A y un plan B. Es tu vida, puede ir mejor o peor, pero va y eso es lo único que te importa. Va y tú sigues adelante con tus dos planes. Llega un momento en tu vida en el que ocurre algo diferente. Por insignificante que sea, pasa y tú no lo tenías planeado. No entraba ni en el plan A y en el plan B. Pensabas que eso era imposible de pasar, pero una vez más te equivocas. Te descompone, te destroza por dentro, y tienes que recurrir al plan C. Pero ese plan no estaba previsto, ese plan consiste en caer, en volver a caer. Todo por lo que habías luchado, todo por lo que habías conseguido se desvanece como si nunca hubiera existido. Es

Problemas del primer mundo.

Vais por ahí con aires de grandeza predicando lo grandes personas que sois. Vais a salvar el mundo , decís, y tantas veces repetís eso que llega un momento en el que cansa y pasa a dejar de tener sentido para los demás y se convierte en un grito ahogado de lo mal que estáis. Y no puedo culparos, porque yo misma estuve con la idea en la cabeza del salvar el mundo. Pero va siendo hora que veáis que el mundo no os está esperando como una especie de superhéroes para que lo salvéis.  Nadie  espera que lo salvéis. Nadie os está esperando. Nadie cree que seáis héroes. No le importáis a nadie . Os quejáis de que estamos tan agusto en nuestros sillones sin hacer nada mientras vosotros lo hacéis en vuestro propio sillón.  Os quejáis de que haya tantas vidas que nadie salva, mientras no podéis ni solucionar vuestra vida llena de lujos. Os quejáis por quejar. Así que dejad de predicar al los cuatro vientos que todos somos unos insensibles por no querer hacer na

Las lágrimas que nunca supimos soltar.

Un lágrima cae por mi rostro. Y me escuece, y me duele. Es una lágrima la que he dejado como prueba de lo que siento, lástima que haya sido en mi habitación con la única presencia de la penumbra.  Esto es porque llevo mucho sin dejar que una sola gota ronde por mis surcos, pero es tanto el tiempo y es tanta la angustia acumulada que se me ha olvidado cómo era. Y me duele el alma de una manera que nunca supe que pudiera doler, tal vez porque sepa que he dejado de buscar mi lugar.  Ahora me siento perdida entre tanto conocido, si saber muy bien si lo que he ido haciendo todo este tiempo merece la pena de verdad, o estoy jugando a un juego el cual un día apagaré y nunca más volveré a acordarme de él. Es triste ser tan joven y tener estos pensamientos, pero lo que más me entristece es que estoy triste y no sé como dejar de estarlo.  Es una sola lágrima de tantas que quiero dejar escapar. Que me gustaría dejar, pero sé que no pasará hasta que no reviente, hasta que no c

Tenemos que hablar. Tengo que hablar.

Hay una cosa de la que apenas hablo y nunca he hablado por aquí y ya va siendo hora de que me abra un poco más. Esa cosa de la que tengo que hablar es una persona. Una persona que ha estado a mi lado desde que tengo uso de memoria. Podría estar hablando de alguien de mi familia, pero no es el caso, aunque he llegado a considerarla parte de ella. Y aunque no nos una el ADN, nos une algo, incluso más fuerte, la amistad. A medida que he ido creciendo he ido obteniendo diferentes amistades según por las etapas que he ido pasando. Con ella, siempre hemos sido siempre amigas y según por las etapas en las que nos encontrábamos eramos una mala influencia para otra, no entendáis mal, unas veces una daba el paso a la locura mientras la otra la seguía y viceversa. Esa persona tuvo dos opciones, quedarse junto a mi, o irse y seguir con su vida. Todavía sigue eligiendo la primera opción, incluso después de ver mi lado más oscuro, de conocer todas mis manías, mis secretos. Me sonríe y me ay

La vuelta atrás.

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En la imagen aparezco yo. Estoy en sentada en una habitación blanca. Me agarro de las piernas en un intento de protegerme, estoy totalmente desnuda, no se me ve la cara, tan solo mis piernas y yo abrazándolas, estoy sola, pero eso no me importa, puede que en algún momento eso me importase, pero ya no, no hay rostro, tan solo un cuerpo desnudo hundido en él, casualmente soy yo, pero tampoco importa la persona. Solo es un cúmulo de carne intentando no derrumbarse. Mi cuerpo esta cubierto de pintura, una capa primaria de un gris, un pasado, son manos, son rayas, como si alguien las hubiera hecho pero apenas se ven, ya apenas se ven, pero están ahí, tal vez nadie las perciba pero es lo que más simboliza, las heridas de un ayer que nadie recuerda ya. Luego hay más color, uno pasional, como si hubiera intentado retomar aquello, cómo si hubiera sido buena idea, un color pasional, uno vivo, pero sé que no importa, poco importa ya, luego hay blanco intentando taparlo todo, pero sé que no es

De mayor quiero ser persona.

El otro día hice una pregunta simple, son de estas estándar que le haces a amigos y familia por hablar de algo.  Yo le pregunté a mi prima de 8 años qué quiere ser de mayor, ¿sabes? Un pregunta que se hace continuamente a los más pequeños esperando que te digan algo como profesor, astronauta, o la profesión de sus padres. Pues para mi sorpresa me responde que persona, simplemente quiere ser persona, ser mayor, ser. ¿Te lo crees?  Bueno tal vez no le veas sentido al por qué me sorprendo tanto, pero para ser totalmente sincera, llevo un tiempo si saber qué hacer con mi vida, lo que quiero ser de mayor. Y en estos días de reflexión, en los que últimamente me pasa con mucha frecuencia, me he dado cuenta de que estoy tan centrada en obtener una respuesta de mi misma sobre qué quiero que he olvidado lo más importante, ser mayor.  Sí, suena a una estupidez como un piano de grande, o incluso mayor, pero ya que me estoy poniendo sincera, soy terriblemente estúpida y para mi el ser mayor es

¿Egoísmo o cobardía?

Sois una panda de egoístas. Sí, ya lo he dicho, no hay vuelta atrás. ¿Por qué? Decidme una cosa, ¿cuándo habéis hecho algo porque habéis pensado que a esa persona le gustaría? Si has tenido que pensarlo mucho es que lo que digo tiene su verdad. No quiero darme aires de que soy una persona de puta madre, es que me da rabia el hecho de que trate de hacer siempre lo correcto, de hacer detalles, de poner orden a este caótico mundo. Y me siento sola, me siento muy sola porque todo el mundo va a lo que va y yo voy en dirección contraria dando vueltas sin rumbo establecido. ¡Eh! Que aquí no acaba todo, no.  Ante esta situación de hago lo que me de la gana y si molesto a alguien mejor que mejor me hace llegar a la conclusión de que odio a las personas. Sí, odiar es una palabra muy fuerte, pero es que me siento así. Odio a la humanidad, de los pies a la cabeza, de la piel al alma. Quiero gritar hasta quedarme sin voz, pero no lo hago, me callo por miedo a que empeore la si

Todo es silencio cuando grito por dentro.

Escribir se ha convertido en la única manera para poder hablar contigo:  ¿Te acuerdas de la última vez que te escribí? Fue en noviembre. Yo me acuerdo de esos días, pero los recuerdo lejanos como si lo viera todo desde fuera. Te veo ahí tumbada, durmiendo en un sueño muy profundo del que nunca despiertas. Veo a personas, son familia y amigos, veo sus caras sombrías, salen, entran, lloran, se abrazan, alguna risa ahogada. Le veo a él muerto de miedo porque el día que tanto temía que llegara había llegado. Y me veo a mi ahí sentada escribiéndote.  ¿Te acuerdas de esa carta? Te decía cuánto echaba de menos esos días en los que iba a verte después de clase, tus abrazos, a ti. Pero lo más importante de esa carta fue solo una cosa. ¿Te acuerdas? Nunca podré olvidar cómo mientras todos se hundían, incluso yo misma, te dije que sería fuerte, más fuerte de lo que nunca había sido solo por ti, para que estuvieses orgullosa de mi desde ahí arriba.  Desde entonces cuando sentía que me

Amar para vivir destruidos.

Es increíble con la intensidad que vivimos las cosas, todo es único, siempre decimos que este es el mejor momento de nuestra vida o el peor, pero al día siguiente estás repitiendo lo mismo. ¿No te cansas? Supongo que con el paso de los años nos volveremos menos impresionables, y le dejaremos de dar tanta importancia a todo. Sinceramente, yo no quiero que eso pase nunca, quiero vivir cada pequeño detalle cómo si fuera lo más importante de mi vida.  Quiero amar,  Quiero llorar, Quiero gritar, Quiero reír,  como si mi vida dependiese de eso.

Vida pasada.

Acabo darme una idea yo sola mientras hablaba con una amiga. Yo le decía que me contase algo, y le dije que me contase lo más bonito que se le ocurriese, total que ha acabado contándome sobre la primera vez que lo hizo con esa nueva persona que ha entrado hace poco en su vida. Y aquí me hallo por un lado leo lo que ella va escribiendo sobre esa noche maravillosa de marzo y por otro escribiendo estas pobres líneas.  No he podido evitar ponerme a escribir por el simple hecho de que yo acabo de pensar en el momento en que ''creé el amor''. Y ya no solo estoy hablando del simple acto sexual, no. Hablo sobre cada roce de nuestros cuerpos, cada miraba intentando descifrar a la del otro. Las de cientos de veces en las que yo solo observaba como él me relataba excitado cualquier cosa y mi manera de admirar esa capacidad de hablar, cómo me robaba las sonrisas en las que más tarde se convertirían en carcajadas. Me tiemblan las manos a medida que voy recordando cada momento j