Todo es silencio cuando grito por dentro.

Escribir se ha convertido en la única manera para poder hablar contigo: 

¿Te acuerdas de la última vez que te escribí? Fue en noviembre. Yo me acuerdo de esos días, pero los recuerdo lejanos como si lo viera todo desde fuera. Te veo ahí tumbada, durmiendo en un sueño muy profundo del que nunca despiertas. Veo a personas, son familia y amigos, veo sus caras sombrías, salen, entran, lloran, se abrazan, alguna risa ahogada. Le veo a él muerto de miedo porque el día que tanto temía que llegara había llegado. Y me veo a mi ahí sentada escribiéndote. 
¿Te acuerdas de esa carta? Te decía cuánto echaba de menos esos días en los que iba a verte después de clase, tus abrazos, a ti.
Pero lo más importante de esa carta fue solo una cosa. ¿Te acuerdas? Nunca podré olvidar cómo mientras todos se hundían, incluso yo misma, te dije que sería fuerte, más fuerte de lo que nunca había sido solo por ti, para que estuvieses orgullosa de mi desde ahí arriba. 

Desde entonces cuando sentía que me hundía me repetía esas palabras que te dije, una y otra vez. Me he levantado cada día pensando en ti cómo única medicina a mi dolor. Y por ti sigo adelante por mucho que me cueste pensar que si de verdad hay algún camino, sé que he llegado a punto en el que no lo encuentro, pero sigo adelante como si lo hubiera porque aunque me tenga que arrastrar llegaré a ti, pero te prometí que llegaría por el camino largo, así que estoy luchando con mi interior para no romperme antes de llegar.

Te quiere, Helena.

Comentarios

  1. Me encanta tu blog linda :) Creo que tienes una manera linda de ver las cosas. Te dejo el mío por aquí http://podesencontrarmeaqui.blogspot.com.uy/ en el que eventualmente publicaré más contenido. Un beso Helena :)

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Lo más leído

La vuelta hacia delante.

Regalos, regalos, regalos...

¿Egoísmo o cobardía?