No quiero mirarte.
No quiero tocarte.
No quiero olerte.
Pero te quiero,
te quiero ver volar y brillar,
quiero sentirte en la suave brisa desde mi ventana.
Y así, lejos pero cerca, amarte un poco más.

Comentarios

Publicar un comentario

Lo más leído

La vuelta hacia delante.

Regalos, regalos, regalos...

¿Egoísmo o cobardía?