Vivimos en un continuo pasado, pensando en un futuro

Hace un tiempo que no escribo por aquí, demasiado. No, no he dejado de escribir. Sí, si escribo menos. Pero la razón por la que no enseño a nadie nada de lo que escribo es que hasta yo misma me asusto de las cosas que salen de  mi cabeza. No vengo a hablar de lo deprimida que estoy o te todas las cosas que me pasan, creo que eso importa poco.

Quiero escribir, escribir historias, historias eternas, esas historias que nunca se te pasarían por la cabeza que fueran a pasar de verdad. Me gustaría contar mis sueños, mis miedos, mis metas. Pero parece que han dejado de tener importancia, ya nada importa. ¿En que nos hemos convertido? ¿En qué me he convertido? Somos esclavos de seguir a las masas, pensamos que si lo que le ha ido bien a muchos a nosotros también nos irá bien. Debe  de ir bien. Y no, no tiene por qué ir bien, puede salir horrible o puede salir genial. Estamos en continuo bucle de hacer cosas no porque nos guste, sino porque pensamos que será lo mejor.

Bueno, yo he hecho de las dos cosas, hacer lo que yo quería y hacer lo que era lo mejor, y nada ha salido bien o ha salido bien las dos formas. He llegado a pensar que es todo azar, puede o no ir bien, nunca vas a saber si la otra opción podría haber funcionado o no, es imposible saberlo. Por eso pienso que a veces nos quedamos en el pasado, y barajamos tanto las decisiones tomadas y por tomar que no nos damos cuenta de que estamos viendo y al final nunca disfrutamos de los aciertos. 

¿Por qué hacemos esto? 
Quiero creer que sabiendo esto puedo cambiar y empezar a vivir, ver lo maravilloso o lo terriblemente cruel que puede ser el mundo, quiero hacerlo, pero no lo hago. 

¿Por qué?
No lo sé, probablemente sea mi estupidez, o no, pero estoy atascada en un pasado y en futuro. 

¿Dónde se ha quedado mi presente? 
Voy a introducirme en la búsqueda de ese presente, ese en el que aprecias cada pequeño detalle, ese por el que merece la pena vivir. 

¿Te apuntas? 
No lo pienses, hazlo.

Comentarios

Lo más leído

La vuelta hacia delante.

Regalos, regalos, regalos...

¿Egoísmo o cobardía?