Que se pare el tren.

¿Cuántas veces habéis dicho que se pare el mundo que os quereís bajar? ¿Y de todas esas cuantas verdaderamente os habéis parado?

Llega un día en el que no puedes más, necesitas que la vida se pare, aunque sea solo unos segundos. Y aunque lo necesites como el comer, no paras. Y continuas a pesar de que tu cabeza te dice que no, tú, ahí, arrastrándote hasta el final. Pero, ¿cuál es final? No lo sabes, ¿verdad?

No eres un cobarde si quieres bajarte del tren alguna vez, y menos aún si lo haces. Yo lo hice y mírame, ¿me ves mal?

Me pasaba de todo y no me pasaba de nada. Estaba arrastrándome sin saber que hacer. Hasta que un día vi mi oportunidad de bajarme y no me lo pensé dos veces y lo hice. Y aquí estoy, a miles de km de mi hogar viviendo un parón. No hay palabras que puedan describir lo aliviada que me siento al haber tenido la oportunidad de huir de todo y poder pensar más tranquilamente las cosas. Porque la vida va muy rápido y las personas hacen que vaya a más velocidad aún pero recuerda que siempre hay tiempo para bajarse del tren y tomar un respiro. 

No es de cobardes parar, lo importante es saber hacerlo y luego volver a la plataforma y coger el siguiente tren con más fuerza.

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